Zurbarán

 

VIDA DE ZURBARÁN

 

Francisco de Zurbarán fue bautizado en la parroquia de Nuestra Señora de la Granada de Fuente de Cantos el 7 de noviembre de 1598. Fue el menor de los seis hijos del matrimonio formado por Luis de Zurbarán e Isabel Márquez. Luis, procedente seguramente del señorío de Vizcaya, se había instalado en Fuente de Cantos en 1582, cuando contaba 34 años, acompañado de sus padres, Agustín de Zurbarán e Isabel Valdés; por su parte, Isabel Márquez era natural de Monesterio y tenía 19 años cuando contrajo los esponsales. Las fuentes documentales señalan que Luis de Zurbarán era un tendero acomodado que residía en un inmueble situado entre las calles Misericordia y Martínez, muy cerca de la plaza mayor.

Francisco de Zurbarán habita durante sus primeros quince años de existencia en un Fuente de Cantos poblado por cerca de cuatro mil habitantes, dedicados en su mayor parte a la agricultura y a la ganadería extensivas, sin descartar la importancia que pudieron tener las actividades artesanales y comerciales por su ubicación en la Ruta de la Plata. El 15 de enero de 1614, Luis concertaba con el maestro sevillano Pedro Díaz de Villanueva el aprendizaje de Francisco como pintor. En su taller y vivienda permanecerá tres años hasta que, a comienzos de 1617, con 19 años, Zurbarán regresa a Extremadura estableciéndose en Llerena, localidad muy cercana a Fuente de Cantos, y que al ser un importante centro demográfico, económico y administrativo, ofrecía un mercado interesante para las obras de arte. Aquí casa con María Páez, con quien tiene tres hijos, uno de los cuales, Juan, sería también pintor. Beatriz de Morales sería su segunda esposa. Zurbarán adopta como segundo apellido Salazar, procedente, quizá, de la familia de su abuelo materno, y a partir de 1622 se hace llamar “maestro pintor”. Su actividad artística durante esta etapa se centra tanto en la pintura como la escultura, atendiendo diversos encargos para toda la comarca, incluyendo su pueblo natal, aunque por desgracia casi todas estas obras se han diseminado o han desaparecido.

En 1629 se traslada a Sevilla a requerimiento de su ayuntamiento. La ciudad era entonces el centro artístico, cultural y económico más importante de la península. Sus trabajos para los conventos de San Pablo el Real y la Merced Calzada le abrieron las puertas del mercado hispalense y andaluz y culminó su especialización en la factura de ciclos pictóricos monásticos, entre los que destacaron los destinados a las cartujas de las Cuevas (Sevilla) y de Nuestra Sra. de la Defensión (Jerez de la Frontera). Las tres décadas en las que mantuvo abierto su taller sevillano fueron fructíferas, aunque no llegará a romper definitivamente sus lazos con Extremadura y su entorno, a los que le mantienen vinculado algunos encargos, como el retablo mayor de la parroquia de Llerena, el de la colegiata de la Candelaria de Zafra o la serie realizada para la sacristía del monasterio de Guadalupe. Trabajó también en la decoración del madrileño Palacio del Buen Retiro en 1634, lo cual le supone el reconocimiento de “pintor del rey”, y exportó numerosas obras a América. Fallecida su segunda esposa, en 1644 casó de nuevo con una joven viuda, Leonor de Tordera, de la que recibe una buena dote y seis hijos, pronto malogrados.

En mayo de 1658 se avecina en Madrid, donde continuó pintando hasta su muerte el 27 de agosto de 1664. Fue sepultado en la iglesia de los Recoletos Agustinos Descalzos, actual ubicación de la Biblioteca Nacional. Con 66 años, pues, fallecía el pintor extremeño más universal, amigo y compañero de grandes artistas del Siglo de Oro español, como Velázquez, Alonso Cano y Murillo, y a quien nunca le faltó el reconocimiento y la admiración de sus contemporáneos y de las generaciones postreras.

 

Pilar Mogollón: Zurbarán: su vida

 

OBRA DE ZURBARÁN

 

Su obra conecta a la perfección con la espiritualidad del siglo XVII, pero también con la austeridad y la humildad forjada en su entorno vital y en las demandas de las comunidades religiosas para las que trabajó. Grabados y textos son, como era frecuente entre los pintores, las fuentes de las que se nutre para llevar a cabo su obra y hacer de ella una de las más auténticas expresiones del pensamiento religioso del Barroco. Llegó a cuajar un estilo propio con el lenguaje más adecuado para la expresión de su mensaje pictórico, cuya sinceridad y eficacia nadie le ha negado. De su taller salieron numerosos discípulos, al tiempo que la contemplación de su obra en tan destacados escenarios favoreció la creación de una escuela que reprodujo su estilo a lo largo del Seiscientos y a lo ancho de toda la geografía peninsular y americana.

La temática de sus cuadros es, esencialmente religiosa, aunque no faltaron retratos, obras de contenido histórico y mitológico y espléndidos bodegones. Los ciclos monásticos y las series de santos y santas son lo más conocido de su creación, si bien pocos de ellos pueden hoy visionarse al completo y en el sitio para el que fueron concebidos. En sus obras sueltas resalta su especialización en la vida de Jesús y de la Virgen, Cristo en la Cruz, la Inmaculada Concepción y la Santa Faz. Su obra se halla hoy repartida entre los mejores museos del mundo, si bien cabe destacar las colecciones que poseen el Museo del Prado (Madrid), el monasterio de Guadalupe (Cáceres), el museo de Bellas Artes de Sevilla, el museo de Cádiz, el Louvre y el museo de Bellas Artes de Grenoble (Francia).

 

Francisco Javier Pizarro: Zurbarán: su obra

 

La Visión de San Pedro Nolasco. Madrid, Museo del Prado

 

San Hugo en el refectorio. Sevilla, Museo de Bellas Artes

 

Socorro de Cádiz frente a los ingleses. Madrid, Museo del Prado

 

Las tentaciones de San Jerónimo. Monasterio de Guadalupe (Cáceres)

 

Adoración de los Reyes. Grenoble Musée des Beaux-Arts (Francia)

 

Inmaculada Concepción. Sigüenza, Museo Diocesano

 

Cristo en la Cruz. Chicago Art Institute (EE UU)

 

Cristo en la Cruz. Llerena,  parroquia de Ntra. Sra. de la Granada

 

Aser VIII, de la colecc. Las Doce Tribus de Israel, Auckland Castle, Durham (Reino Unido)

 

Naturaleza muerta con limones, naranjas y rosas, Pasadena, Nor- ton Simon Museum of Art (EE UU)

 

La Virgen de las Cuevas. Sevilla, Museo de Bellas Artes

 

Exposición del cuerpo de San Buenaventura. París, Musée du Lovre (Francia)

 

Apoteosis de Sto. Tomás de Aquino. Sevilla, Museo de Bellas Artes

 

Fray Gonzalo de Illescas. Monasterio de Guadalupe (Cáceres)

 

Santa Isabel de Portugal. Madrid, Museo del Prado

 

Santa Margarita. Londres,    National Gallery (R. Unido)

 

Cristo crucificado con un pintor. Madrid, Museo del Prado

 

Ángel Turiferario. Cádiz, Museo de Bellas Artes

 

Bodegón de cacharros. Madrid, Museo del Prado

 


Agnus Dei. Madrid, Museo del Prado

 

ZURBARÁN EN FUENTE DE CANTOS

 

No se disponen de obras originales del pintor en su localidad natal, si bien toda ella está teñida de referencias hacia su más ilustre vecino. Además de los nombres de plazas, paseos y empresas, Las referencias zurbaranescas en Fuente de Cantos, al alcance del visitante o del erudito, son las siguientes:

1-     POSIBLE CASA NATAL: en la plaza de Manuel Carrascal, entre las calles Martínez y Misericordia, se halla una amplia vivienda en el lugar donde un padrón de 1588 localizaba la casa de Luis de Zurbarán, padre del pintor.

2-     PILA BAUTISMAL: en la parroquia de Nuestra Señora de la Granada se conserva, bajo el coro, la extraordinaria pilar de mármol renacentista donde el pintor sería bautizado el 7 de noviembre de 1598.

3-     PARTIDA DE BAUTISMO: En el archivo histórico de la parroquia, en el libro 3º de bautizados, folio 170, se halla su partida de bautismo; un año después, el 14 de noviembre de 1599, se inserta la reseña de su confirmación (folio 371v).

4-     FIRMAS ORIGINALES DEL PINTOR: En el Archivo Histórico de Protocolos, sito en la Biblioteca Municipal, en el legajo de escrituras de Fuente de Cantos correspondiente a 1622 (folios 211v y 746v), existen dos firmas de Zurbarán a raíz de sendos contratos que hizo para la decoración de unas andas de la Hermandad de la Madre de Dios y la realización de un retablo con los misterios del Rosario, destinado al templo parroquial, ambas obras ya desaparecidas.

5-     LÁPIDA CONMEMORATIVA: En la fachada del ayuntamiento se acordó colocar en 1887 una lápida de mármol conmemorativa ejecutada por el destacado escultor catalán Jerónimo Suñol (1840-1902). Erróneamente, se señala en ella que Zurbarán falleció en 1662. El rostro del pintor, al igual que el de otras reproducciones, es supuesto.

6-     ESTATUA: En el parque de Zurbarán podemos apreciar una escultura en bronce realizada por el escultor extremeño Aurelio Cabrera (1870-1939), instalada en 1937. En ella aparece el pintor ataviado de pinceles y espada, a la manera del hidalgo que nunca fue.

7-     CASA MUSEO: Se halla en calle Águilas, antes Barriga. La tradición popular ha vinculado esta casa con el lugar de nacimiento del pintor. Ha sido rehabilitada y amueblada para instalar al visitante en la atmósfera de la época, y decorada con copias de cuadros y otros motivos presentes en la obra del artista.

8-     CENTRO DE INTERPRETACIÓN: En el antiguo convento de San Diego, ahora albergue de la Junta de Extremadura, se ha creado un Centro de Interpretación de Zurbarán, en el que el visitante puede recorrer lo más destacado de su vida y obra a través de distintos paneles explicativos. Se halla también en él un busto del artista realizado por el escultor local Pérez Espacio.

 

          Documentación reunida, organizada y aportada por Felipe Lorenzana de la Puente.