El periodo de tránsito del Antiguo Régimen al Liberalismo coincide con uno de los momentos más brillantes de la literatura y de la música europeas. Las guerras napoleónicas, incardinadas precisamente en este periodo de nuestra historia, impelieron a no pocos poetas y compositores a poner su arte al servicio de la causa nacional, sacrificando a veces sus principios estéticos a cambio de elaborar obras comprensibles para el gran público. Éste las utilizará como un instrumento más de lucha.
La Guerra de la Independencia (1808-1813) nos ofrece un rico repertorio de himnos y canciones populares encaminadas a fortalecer el espíritu nacional explotando aquellos acontecimientos que quedaron marcados en la conciencia nacional, por ejemplo Al dos de mayo, en recuerdo a la rebelión del pueblo de Madrid contra el invasor, o el Himno de la victoria, para conmemorar la batalla de Bailén. En otras ocasiones se compone letra y música para evitar la desmoralización de las tropas y del pueblo, como el himno A los defensores de la patria, que aparece tras la derrota de Medellín. Sin embargo, en los momentos más propicios de la lucha contra los franceses pueden surgir, además, composiciones destinadas a ridiculizar a los perdedores (Coplas de la batalla de los Arapiles).
El extraordinario desarrollo que tuvieron durante el siglo XIX y buena parte del XX géneros populares como la zarzuela, las marchas y fantasías militares, implicó una inmersión en la memoria colectiva a fin de encontrar lugares comunes para el gran público. La ya pasada y nunca olvidada Guerra de la Independencia será un campo de inspiración infinito, tanto para compositores extranjeros (Bizet: Carmen) como españoles. Su enorme carga emocional contribuirá al éxito de El sitio de Zaragoza, La Marcha de Cádiz y El tambor de Granaderos. Poco después, serán las bandas de música, sobre todo las militares, quienes interpreten marchas y pasodobles destinados a homenajear desde el más puro espíritu marcial aquellos lugares simbólicos de la guerra (Bailén) y a los regimientos que sobrevivieron a ella (Cazadores de Llerena, Badajoz).
La idea de grabar este disco nació del interés de la Sociedad Extremeña de Historia por ofrecer un concierto temático en el marco del Congreso Internacional Guerra de la Independencia en Extremadura, II Centenario, 1808-2008, celebrado durante los días 24, 25 y 26 de octubre de 2008 en las localidades extremeñas de Llerena y Zafra. El proyecto presentado por la Banda de Música de Fuente de Cantos, basado en la combinación de obras de la época con otras de distintos géneros, también relacionadas con ella pero que se compusieron posteriormente y alcanzaron una gran popularidad, contó con el beneplácito de la Sociedad. La adjudicación de sendas ayudas a proyectos de interés cultural por parte del Ministerio de Defensa y la Consejería de Cultura y Patrimonio de la Junta de Extremadura supusieron una ayuda imprescindible para afrontar la grabación de este disco. No obstante, nada se hubiera logrado de no haber intervenido la ilusión y la entrega de los componentes de la Banda, comenzando por un gran profesional de la Música, su director, D. Benjamín Barrado, y continuando con cada uno de aquellos músicos que han hurtado tiempo a sus estudios y empleos para lograr finalmente una de las más originales aportaciones a este año del Bicentenario.