A los defensores de la patria

Canción patriótica, 1809

Fernando Sor

Transcripción para banda de Enrique Blasco

 

Extremadura interpretó un papel decisivo en la Guerra de la Independencia. Su posición fronteriza permitió las comunicacio-nes con Portugal, desde donde intervendrá más adelante el ejército británico al mando de Wellington. Transformada toda ella en campo de guerra, batallas como las de Medellín, Arroyomolinos y La Albuera constituyeron auténticos hitos de la historia militar patria. El de Medellín fue el primer gran combate que se desarrolló en Extremadura. La Junta provincial había encomendado el mando del Ejército al general Cuesta y le había presionado para que detuviera a cualquier precio el avance del mariscal francés Víctor. Ambos contendientes, con más de 15.000 efectivos cada uno, se enfrentaron en Medellín el 28 de marzo de 1809. Un cúmulo de circunstancias adversas, más la escasa preparación de las tropas de Cuesta, especialmente la caballería, decidió la suerte de la batalla. Tras cinco horas de combate, aquellas fueron derrotadas con estrépito, acumulándose pérdidas cifradas en torno a los 10.000 hombres; apenas hubo prisioneros; los jinetes franceses fueron, en buena parte, responsables de lo que los propios coetáneos calificaron como una auténtica carnicería. El relato de los hechos llegó a espantar al propio rey José: cuerpos apilados y a la vez diseminados por las inmediaciones de la villa, heridos sin víveres ni cuidados, desolación y angustia.

 A pesar de ello, la derrota de Medellín tuvo a medio plazo efectos favorables para los intereses españoles. Conscientes de la gravedad de la situación, tanto las autoridades provinciales como la población reaccionaron con valentía e inmediatez. Recompuesto con urgencia el Ejército de Extremadura, las tropas del mariscal Víctor hubieron de renunciar a proseguir su marcha hacia Andalucía, refugio de la Junta Central, la cual intentaba organizar la resistencia y convocar a Cortes. A los tres meses, los franceses habían retrocedido ya hasta Talavera de la Reina. Por otra parte, se hacía necesario transmitir a la opinión pública que el desastre de Medellín en absoluto había de afectar a la moral y al patriotismo, antes bien se utilizó como incentivo para lograr su reacción. A esta tarea se dedicó con entusiasmo el poeta Juan Bautista de Arriaza, poniendo versos a una canción cuya composición corresponde de nuevo a Fernando Sor, y que comenzaba de la siguiente forma:

 

“Vivir en cadenas

¡Cuán triste vivir!

Morir por la patria

¡Qué bello morir!”